Normativa sobre construir cerca de líneas de alta y media tensión

De hecho, no solo se trata de un asunto jurídico, sino también de salud. En este sentido,  diversos estudios sostienen que una constante exposición a las líneas eléctricas puede afectar negativamente a nuestro organismo, llegando a provocar el desarrollo de cáncer infantil o de mama. Y, aunque no nos encontremos ante una posición unánime, conviene ser precavidos, ya que los expertos en tecnología añaden más inconvenientes derivados de esta cercanía, como, por ejemplo, problemas en la recepción de la señal de televisión, telefonía o WIFI.

Como has visto, estamos ante un escenario complejo que afecta a mucha gente, especialmente a aquellos que disponen de terrenos con una línea de media o alta tensión en los que pretenden levantar una vivienda.

¿Por qué no se puede construir en las proximidades?

Conviene destacar que la instalación de las líneas de media tensión está declarada de utilidad pública por el Departamento de Industria y, en consecuencia, todos los proyectos deben ser sometidos a información pública para que cualquier interesado lo pueda consultar y alegar lo que considere conveniente. No obstante, a veces, este trámite no se ha llevado a cabo porque no hay proyecto ni licencias. En este caso, tendríamos las de ganar.

De todas formas, no podemos olvidar que toda línea eléctrica requiere una distancia mínima que debe ser respetada y que, por lo tanto, impide la edificación. Estas restricciones tienen el propósito de velar por la seguridad de la línea eléctrica, ya que podría haber un cortocircuito y producir graves daños a personas, animales y a las propias edificaciones.

¿Qué dispone la ley?

En primer lugar, debemos averiguar si existe un pasillo de servidumbre expropiado en el que no se puede edificar. 

La anchura de la servidumbre puede variar entre las diferentes comunidades autónomas, pero las distancias mínimas se recogen en el Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión y en el Reglamento Técnico de Líneas Eléctricas Aéreas de Alta Tensión (Decreto del Ministerio de Industria 3151/1968, BOE 27.12.68).

En el caso de que se trate de un suelo urbano, una opción muy común es acudir al ayuntamiento para solicitar el soterramiento de la línea o un cambio de trazado. A pesar de que la normativa contempla que se debe evitar la presencia de líneas eléctricas de alta tensión por zonas urbanas, los trámites son complejos y suelen dilatarse en el tiempo.

¿Qué es la faja de servidumbre?

Una cuestión que debemos clarificar es la servidumbre de paso. ¿A qué nos referimos exactamente? En concreto, estamos hablando de una franja de terreno que se considera imprescindible para mantener la seguridad a lo largo del trazado de líneas de media y alta tensión. Su propósito es salvaguardar el bienestar tanto de las personas y garantizar el buen estado y mantenimiento de las instalaciones.

A este respecto, existen dos tipos de servidumbre que el propietario de un terreno estará obligado a respetar:

• La servidumbre de paso aéreo: esta servidumbre entraña el establecimiento de postes, torres o apoyos fijos para la sustentación de cables conductores de energía, a la que deben sumarse las distancias de seguridad que establezca el reglamento.
• La servidumbre de paso subterráneo: supone  la ocupación del subsuelo por los cables conductores, sin perjuicio de las distancias de seguridad que marque la normativa correspondiente.

En definitiva, esto implica que en dicha franja estará prohibido cualquier otro tipo de edificación que sirva para albergar personas o animales, así como otras actividades como la reparación de vehículos y desarrollo de actividades comerciales o de recreo.

Problemas de salud

Muchas personas son reacias a vivir en zonas próximas a una línea de media tensión y más aún si se trata de una línea de alta tensión. No en vano, existen estudios según los cuales estar expuestos a ellas puede alterar nuestro organismo. Así, desde la Fundación Vivosano, nos apuntan los siguientes riesgos:

• Las líneas de electricidad pueden perturbar el descanso de sus habitantes y que, por lo tanto, el sueño no sea de calidad, o despertemos a menudo con dolores de cabeza.
• Las radiofrecuencias pueden llevar a las células a producir proteínas del estrés.
• La exposición prolongada puede causar reacciones inflamatorias, alérgicas y cambiar las funciones inmunes normales, además de disminuir la capacidad para pensar, razonar, memorizar y el control sobre el comportamiento.

En cualquier caso, no podemos obviar que todas estas conclusiones son controvertidas y, por consiguiente, muchos expertos las ponen en tela de juicio. Sin embargo, el principio de precaución debe regir en esta cuestión y, ante la duda, es recomendable evitar la cercanía de nuestra vivienda a una línea de media tensión y, por supuesto, ceñirnos a lo que establece la ley sobre la distancia mínima de entre 5 y 6 metros entre la vivienda y las zonas ocupadas por este tipo de instalaciones eléctricas.