Modernismo en Barcelona: edificios singulares #Puredestination

Modernismo catalán, la naturaleza frente a la industria

El ‘modernismo catalán’ comienza tras dos sucesos históricos: la expropiación de tierras eclesiásticas con la Desamortización de Mendizábal en 1855 y el derribo de las murallas medievales, hechos que brindan una oportunidad a la ciudad para construir de cero. 

Este nuevo estilo arquitectónico aúna tradición y modernidad, líneas curvas, formas asimétricas, detallismo decorativo y motivos de la naturaleza. Todo ello, integrando oficios tradicionales como la cerámica, el hierro forjado, los vitrales y la escultura.

Una de las zonas con mayor concentración modernista de la ciudad es ‘La manzana de la discordia’,en el Paseo de Gracia, donde confluyen casas de viviendas modernistas creadas por los mayores representantes del modernismo catalán. 

Antoni Gaudí, un legado vivo

Este arquitecto revolucionario y original, nacido en 1852, ha dejado su sello y un gran legado en Barcelona. Aportó color a sus obras con la técnica del ‘trencadís’, un mosaico con piezas irregulares de cerámica unidas con argamasa y su prolífica y exitosa carrera ha dejado grandes edificios de los cuales destacaremos cuatro. 

Sagrada Familia, templo expiatorio

Este edificio, aún inacabado, se encuentra en el Eixample de Barcelona y es un icono de la ciudad. Sus obras se iniciaron en 1883 y su fecha de finalización se prevé para 2026. Conformada en su interior por una planta de cruz latina con cinco naves centrales, transepto de tres naves y ábside con siete capillas

En el exterior destacan las torres cónicas helicoidales sobresaliendo de las cubiertas y las esculturas que narran la vida de Cristo, con estilo modernista. Es la muestra perfecta de la arquitectura orgánica que imita las formas de la naturaleza.

Gaudí consagró 43 años a la construcción de la Sagrada Familia, de la cual solo pudo ver acabada una de las torres del campanario y la fachada del Nacimiento. En el museo se pueden ver planos, fotografías, maquetas, iconografía y trabajos en hierro forjado, madera y metal diseñados por el arquitecto.

Casa Batlló, fantasía marina 

Fue un encargo de José Batlló Casanovas que quería reformar un edificio de 1875. Situado en el número 43 del Paseo de Gracia, este trabajo le llevó a Gaudí 2 años, de 1904 a 1906 y, un siglo después, en 2005, la ‘Casa Batlló’ fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. 

Esta maravilla modernista con fachada de temática acuática combina piedra, hierro forjado y cerámica policromada. Culmina en una bóveda de arcos cubiertos con ladrillos y cerámica vidriada en forma de escamas. Las llamativas chimeneas helicoidales están rematadas con bolas de cristal donde se encuentra el dragón que corona el edificio.

Casa Milà, ‘La Pedrera’

También situada en el Paseo de Gracia, este edificio emblemático es conocido como ‘La Pedrera’. Un trabajo realizado entre 1906 y 1910 para Pere Milà i Camps y Roser Segimon, que también fue declarado Monumento Histórico Artístico y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

La fachada es de piedra calcárea, excepto la parte superior, revestida de azulejos blancos. La salida a la azotea se hace a través de unas escaleras rematadas con cruces de cuatro brazos iguales. Las chimeneas, recubiertas de metal, simulan yelmos de guerreros y las barandillas de hierro forjado de los balcones imitan a las plantas trepadoras. 

El edificio tiene dos patios internos de planta oval y circular, decorados con motivos marinos de olas, pulpos, caracolas y naturaleza acuática.

Park Güell, las mejores vistas de la ciudad

Este parque fue un encargo del empresario Eusebi Güell, que quería una urbanización para la clase alta de la ciudad, y se realizó entre 1900 y 1914. La UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad en 1983. 

Tras el fracaso en la venta de las viviendas, el proyecto no llegó a su fin, pasando a ser, en la actualidad, uno de los parques más conocidos del mundo. 17 hectáreas en las que las formas onduladas y naturaleza recorren el espacio, columnas en forma de árbol, ríos de lava, figuras de animales y formas geométricas de un gran colorido en ‘trencadís’.  En 1926 el Park Güell abrió sus puertas al público como jardín municipal. 

El simbolismo político y religioso está presente en todo el espacio. Aprovechando el desnivel de la montaña, Gaudí creó un camino espiritual hacia la capilla, que finalmente fue sustituida por el Monumento al Calvario, el lugar con las mejores vistas de Barcelona. 

La parte central del parque es una gran plaza rodeada de un banco de 110 metros que simula una serpiente. En la entrada principal hay dos casitas, una tienda y la ‘Casa del Guarda’ donde se puede conocer la historia del parque. Al lado se encuentra la ‘Casa Museo Gaudí’, en la que vivió entre 1906 y 1925 y donde actualmente se exponen dibujos, maquetas y documentación de sus obras.

Lluís Domènech i Montaner, genialidad creativa

Este arquitecto nacido en 1850 es otro de los protagonistas del ‘modernismo catalán’. Sus edificios de inspiración hispanoárabe combinan a la perfección con las curvas del modernismo. Su progresión profesional lo llevó a realizar edificios cada vez más ligeros, sin olvidar la ornamentación como elemento principal. Para ello, contaba con la colaboración de especialistas en diversas artes, tales como arquitectos, escultores y artesanos. Veamos sus obras más destacadas. 

Palau de la Música Catalana, espacio único

Una de las salas de conciertos más espectaculares del mundo. Fue el primer edificio construido con hormigón armado en Barcelona, realizado entre 1905 y 1908.

En la fachada nos encontramos una gran escultura de Miquel Blay presidiendo el conjunto, acompañado de columnas con cenefas de cerámica y capiteles de piedra con motivos florales. Bustos, mosaicos, escudos y ornamentos que aportan una personalidad única al edificio.

Aloja un vestíbulo con escalera doble y farolas con decoración de gran detalle que nos dirige a la sala de conciertos. Beethoven y José Anselmo Clavé presiden el escenario junto a 18 musas que representan diferentes épocas y culturas. En el techo, emulando el Sol, se encuentra una gran gota de cristal.

Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, el mayor complejo modernista europeo

Construido entre 1902 y 1930 en un entorno que permite disfrutar del sol y el aire libre, se diseñó con tanta perfección que funcionó como hospital hasta 2009. Este complejo está situado en la Calle de Sant Antoni Maria Claret, una zona que en el siglo XIX era un arrabal en las afueras de Barcelona. Se concibió como un lugar que agrupara los diversos hospitales que entonces existían en Barcelona y está considerado Monumento Histórico Artístico y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. 

Los elementos decorativos combinan diversos estilos: árabe, gótico, neogótico y germánico. Los pabellones, un total de 27, son diferentes y se unen a través de galerías subterráneas. La belleza está en cada rincón: en las cúpulas de azulejos, en los mosaicos, en las esculturas de la fachada, en la armonía y simetría de los edificios... 

La ampliación posterior a la muerte de Domènech corrió a cargo de su hijo, cuyo estilo ya había perdido parte de la pureza modernista de su padre.

Josep Puig i Cadafalch, polifacético y multidisciplinar

Es otro de los protagonistas del ‘modernismo catalán’. Nacido en 1867 ejerció como arquitecto municipal y docente en la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona. Su estilo de inspiración gótica y mudéjar se combinaba con las artes tradicionales. Visitemos algunos de sus trabajos más reconocidos. 

Casa Amatller 

Esta edificación fue un encargo de Antoni Amatller, famoso maestro chocolatero, y el edificio se construyó entre 1898 y 1900. En 1976 fue declarada Monumento histórico-artístico.

La fachada de este palacio gótico está decorada con estuco esgrafiado en tonos ocres y blancos, con un frontón triangular y azulejos vitrificados en rojos y dorados. Las dos puertas simétricas están unidas por una imagen de San Jorge de Eusebi Arnau. La casa se conserva intacta en la actualidad, incluyendo los muebles originales, lo que convierte su visita en un auténtico viaje en el tiempo. Imprescindible.

Casa Terradas, ‘Casa de les Punxes’

Esta vivienda situada en la Diagonal fue un encargo de las hermanas Terrades cuyo propósito era unificar tres edificios, Cadafalch lo llevó a cabo en 1905 y setenta años después, en 1975, fue declarada Monumento Histórico Nacional. Se trata de un edificio similar a un palacio gótico, con seis torres acabadas en agujas de forma cónica: ‘punxes’. De ahí le viene su nombre más popular. Para la fachada, se utilizó piedra en el primer piso y, para el resto del edificio, ladrillo. Destacan los motivos ornamentales de la cerámica de los plafones y los forjados de los balcones. 

Este pequeño recorrido por el modernismo barcelonés es solo una pequeña muestra del increíble patrimonio arquitectónico de Barcelona, con sus paseos únicos llenos de edificios singulares e inspiradores. 

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