Valladolid, es sinónimo de cultura e historia. Por sus calles, pasaron personajes tan emblemáticos como Colón o Cervantes. Un gran patrimonio arquitectónico, que, sumado a su exquisita gastronomía y a sus bodegas centenarias, la convierten en un destino perfecto para visitar… Una y otra vez. ¿Conoces sus restaurantes más icónicos? En este artículo, hemos recogido los cuatro más destacados.
Trigo, situado a las puertas de la Catedral de Valladolid, destaca por su fidelidad a la cocina local y al producto de temporada. Es el único restaurante de la zona que posee una Estrella Michelin, gracias a su carta viva y contemporánea. En ella, su chef Víctor Martín plasma el amor por su tierra con “elaboraciones sencillas cargadas de sabor”. Además cuenta con una bodega con más de 200 referencias para acompañar su delicioso menú degustación.
Es un espacio acogedor, elegante, con un ambiente cálido y capacidad para 40 comensales. Una decoración de líneas limpias y cuidada al detalle, dónde un gran cuadro de un huevo frito preside el comedor, haciendo un guiño, una vez más, a la gastronomía local.
Descubre Trigo en su Instagram: @restaurante_trigo
Situado en uno de los enclaves más icónicos de la ciudad, se encuentra Alquimia, un laboratorio gastronómico, con un concepto disruptivo y cercano a partes iguales. Se divide en dos ambientes, con una apuesta muy diferente. El Crisol, un particular Street food, una mezcla culinaria de culturas, de ambiente informal y colorido decorado con mesas altas y El Laboratorio, su antítesis, donde disfrutarás de un menú degustación lleno de creatividad, sabor, texturas y alta cocina. Su salón, apuesta por el mobiliario oscuro, con un estilo moderno y minimalista. Para terminar, destacamos su cocina abierta, que nos muestra la cercanía con el chef y una vinoteca iluminada con luces led para llamar la atención de los comensales.
Echa un vistazo a Alquimia
En plena naturaleza y a solo 10 minutos de nuestro proyecto Nolita, se encuentra Llantén. Un espacio que se aleja de lo contemporáneo y toma la forma de un cortijo menorquín, creado para sacar todo el partido a su espectacular ubicación. Este restaurante rústico de piedra blanca cuenta con una espectacular terraza ajardinada donde también se organizan eventos.
En cuanto a su cocina, destaca por su técnica innovadora que conserva las recetas tradicionales de Castilla y León con una propuesta sencilla y honesta basada con productos de cercanía. En el interior, como en toda casa rústica, destacan sus paredes blancas, sus mesas de madera, su chimenea y las velas, que ayudan a crear un ambiente acogedor que nos aleja del bullicio de la ciudad.
Disfruta de Llantén
Para finalizar, nos dejamos una maravillosa joya vallisoletana en donde arte y gastronomía van de la mano. Se trata de Trasto, liderado por el chef Teo Rodríguez. Su espíritu viajero nos deja ver sus influencias internacionales. De hecho, en su menú degustación, podrás encontrar los mejores ingredientes foráneos respetando su origen. Una experiencia que busca sorprender al comensal con un contraste de sabores fieles a su esencia.
En cuanto al espacio, María López, de MLM Estudio, firma el interiorismo de este local de alta cocina en colaboración con dA-Ar Arquitectura. Su estilo minimalista contrasta con un toque industrial muy elegante. Su salón, adornado con un banco tapizado en lino, mesas en madera de roble natural y un espejo fumeé conforman un espacio sofisticado y acogedor. ¡Ah! Y para los que prefieran “tomar algo”, disponen de unas mesas altas en chapa con taburetes de colores que invitan a disfrutar de la faceta más desenfadada de Trasto.
Trasto, en su Instagram: @trastrorestaurante
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