Una de las cualidades de la buena arquitectura es su capacidad de adaptación. Esta semana, te invitamos a descubrir algunos proyectos capaces de funcionar en los entornos más adversos. Viviendas al límite de la física y de las condiciones climáticas que hacen del diseño su seña de identidad. ¿Te ves viviendo en ellas?
Cada una de las casas que verás a continuación existe porque sus arquitectos adoptaron una actitud muy poco común: los límites no son el objetivo, sino el punto de partida. A partir de ahí, prácticamente cualquier cosa es posible. Los inconvenientes de cada ubicación terminan por ser las fortalezas del edificio; su rasgo diferenciador que lo hace especial y lo destaca de la arquitectura convencional.
Porque, precisamente, las convenciones habrían evitado cualquiera de estos proyectos: casas colgadas en lugar de asentadas; en el aire en lugar de sobre la tierra; cristal en el desierto y un refugio subterráneo con el techo de agua. Dos de ellas ya son una realidad y las otras han sentado las bases para llegar a serlo. Quédate y disfruta con nosotros de una idea que empezó con la mítica Casa Malaparte, un icono contemporáneo del que ya os hablamos aquí.
Situada sobre un acantilado de 70 metros de altura, la Casa Holman cobra una dimensión casi escultórica. Según los arquitectos del estudio Durbach Block Jaggers, este proyectó nació influido por el cuadro “Las bañistas“, pintado por Picasso en 1918. Los volúmenes de los cuerpos y sus posturas arqueadas inspiran la planta curvada de la vivienda; una solución que, unida a los enormes ventanales, permite admirar una perspectiva perfecta del océano desde cualquier rincón de la casa.
El desierto de Gorafe en Granada sufre uno de los climas más extremos de Europa. Con sus variaciones de temperatura de hasta cincuenta grados -hielo en invierno y calor sofocante en verano- a muchos les parecería una locura construir una casa cuyas paredes son de cristal. Sin embargo, el estudio de arquitectura OFIS ha demostrado que es posible crear una vivienda sostenible, autosuficiente y confortable. Toda una sorpresa de diseño en mitad de la España más inhóspita.
Volvemos a Australia y volvemos a otro acantilado, solo que ahora vamos a complicar un poco más las cosas. La casa ya no está sobre el acantilado, sino en el acantilado. O, mejor: colgada del acantilado. Así la diseñaron desde el estudio de arquitectura modular Modscape, un volumen prefabricado que se ancla a la pared natural con un impacto natural mínimo y pudiendo retirarse sin dejar rastro en el entorno. Aunque todavía no existe y probablemente nunca lleguemos a verla construida, lo importante de este proyecto es su viabilidad y su capacidad para reinventar el lugar que una casa debe ocupar. En definitiva; su originalidad.
Aunque se llegó a anunciar su inminente construcción y las agencias de prensa publicaron el nombre de su futuro propietario, lo cierto es que no hemos vuelto a saber nada de la Casa Brutale de OPA. De hecho, OPA desapareció y uno de sus integrantes Laertis Antonios Ando ahora opera desde un estudio con sus propias iniciales: LAAV Architects. Del segundo, Pantelis Kampouropoulos, solo se sabe que es un “past collaborator”. Y, para seguir con el misterio, en su sección de proyectos encontrarás sin problema la Casa Brutale. Eso sí, solo los renders y ninguna información sobre una obra premiada internacionalmente que debería haberse concluido en 2018 y que, seguramente, nunca llegó a iniciarse. Así y todo, si te pica la curiosidad, deberías empezar tu investigación en la montaña de Faqra, a las afueras de Beirut, a una altitud de 1600 metros, a 150 metros por debajo de la cima de la montaña. Un escenario a la altura de un proyecto que parece sacado de una película de James Bond.
FOTOS: Durbach Block Jaggers, Revista AD, Modscape, Plataforma Arquitectura