El Art Déco es un movimiento artístico que empezó a verse en la década de 1920 y que es capaz de aunar estilos procedentes de la Grecia clásica y el antiguo Egipto. Así, sus piezas se distinguen por su elegancia y opulencia. Además, si hay que pensar en un país devoto de este estilo, este es –sin duda– los Estados Unidos que a principios del siglo XX se volcó en el Art Déco.
Aunque este estilo nació en los años 20 del pasado siglo y vivió su apogeo hasta 1939, se mantuvo hasta bien entrados los años 60. El Art Déco se reflejó en artes tan diversas como el mobiliario, la joyería, la moda y, por supuesto, en la arquitectura. Es en esta última disciplina en la que nos vamos a centrar para repasar los edificios más emblemáticos.
Así, el Art Déco comenzó su andadura en París, pero saltó el charco para convertirse en el estilo de las estrellas del Hollywood clásico que se enamoraron de su glamour.
Es imposible levantar la vista al ‘skyline’ neoyorquino y no quedar rendido ante la magnificencia del edificio Chrysler, llamado así porque se construyó para el propietario de la famosa marca de automóviles, aunque nunca llegó a ser el dueño del complejo.
El Chrysler fue el edificio más alto del mundo hasta 1931, fecha en la que quedó desbancado por otro gigante de la época: el Empire State Building.
Este fastuoso rascacielos fue construido en un tiempo récord, pues tan solo un año y 45 días bastaron para construir este edificio de más de cien plantas. De hecho, fue levantado a un ritmo de cuatro plantas y media a la semana.
Estamos ante un hito arquitectónico que en 1955 fue elegido por la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles como uno de los siete mayores logros de la ingeniería de la historia de América. El galardón lo comparte con la presa Hoover y el canal de Panamá, entre otros.
Durante aquellos años, la ciudad de Nueva York vivía una auténtica fiebre arquitectónica, pues también en 1930 se terminó de construir el edificio de mayor importancia del Rockefeller Center de Nueva York: el rascacielos de General Electric que nos sigue asombrando con sus 70 plantas y sus 266 metros de altura.
No obstante, el complejo no fue concluido hasta 1937 por el hijo del magnate del petróleo John D.Rockefeller.
Por supuesto, en España también recibimos al Art Déco con los brazos abiertos, aunque no llegamos tan alto como en los EE.UU. Ni falta que hizo: la Casa Judía de Valencia es una auténtica maravilla creada por el arquitecto valenciano Joan Guardiola, que mezcló impecablemente ventanas ojivales, columnas coronadas por capiteles egipcios y remates exóticos en forma de pagoda. Todo ello en una gama de colores tan rica como llamativa.
Aunque actualmente se trata de un edificio de viviendas, en su día albergó la casa social de esta entidad. Se levantó en 1930, en pleno apogeo del Art Decó, y cuenta con una colosal escultura en su cúspide que es obra de Victorio Macho, uno de los escultores españoles más conocidos dentro de este estilo en nuestro país.