Los lugares abandonados tienen algo difícil de definir; su historia interrumpida, la ausencia de vida, o la decadencia del paso del tiempo. Con solo cruzar el umbral, entramos en un mundo detenido en el que nuestra presencia no termina de encajar. Una mezcla de atracción y rechazo que hoy te invitamos a experimentar en algunos de los edificios abandonados más espectaculares del mundo.
Seguro que has oído hablar del “URBEX”, un término que nace de unir dos palabras: “urban” y “exploration”. En las últimas décadas, con la popularización de la fotografía digital y las posibilidades de difusión -primero de los blogs y más tarde de Instagram-, esta corriente de exploradores clandestinos ha cobrado un protagonismo innegable. Al fin y al cabo, gracias a ellos, tenemos la oportunidad de descubrir edificios singulares, construcciones de gran valor arquitectónico que bien merecen una segunda oportunidad.
Las reglas de todo explorador urbano son no ser visto, no alterar los espacios, no robar ningún elemento y no revelar la ubicación del abandono. Sin embargo, algunos de los edificios son tan reconocibles, o tan conocidos que resulta imposible ocultar el hallazgo.
Acompáñanos y no te olvides de la linterna, el casco y un buen calzado.
A mediados de los años 60, Sahms Pahlavi, hermana mayor del útimo Sha de Irán, encargó a William Wesley Peters la construcción de su palacio. Nada extraordinario, de no ser porque Peters era por aquel entonces el yerno de Frank Lloyd Right y uno de sus discípulos más destacado, además de ostentar el cargo de presidente de la Frank Lloyd Right Foundation. El también conocido como “Palacio de las perlas” resultó ser una extraña mezcla de la riqueza compositiva del Wright con la rotundidad de la arquitectura brutalista, todo ello bajo un esquema organicista. Una curiosidad que se va deteriorando inexorablemente a pesar de haber sido incluido en el catálogo de bienes protegidos de la Fundación de Patrimonio de Irán.
Hace unos meses os hablamos de la única obra de Le Corbusier en Iberoamérica y hoy os traemos la obra maestra del arquitecto que dirigió su construcción, Amancio Williams. Situada en la ciudad argentina de Mar del Plata, encontramos la Casa sobre el arroyo, uno de los ejemplos más célebres del movimiento moderno en toda América del Sur. Concebida como un puente de hormigón y cristal, fue un proyecto del propio Williams y Delfina Gálvez, para su padre, el músico Alberto Williams. Su construcción finalizó en 1946 y, hoy, más de tres cuartos de siglo después, tras dos incendios y décadas de abandono, saqueos y vandalismo, todavía sigue en pie, esperando el final de una restauración que parece no tener fin.
No es exactamente un lugar abandonado, ni siquiera está escondido. Su abandono es más una consecuencia de su condición de eterno proyecto inacabado, a pesar de ser uno de los más grandes de Oscar Niemeyer fuera de Brasil. Esta espectacular feria, que comenzó a construirse en 1963, comprende 15 estructuras que no llegaron a completarse en 1975, cuando estalló la guerra civil y las obras se paralizaron. Desde entonces, el complejo se ha degradado paulatinamente hasta su preocupante estado actual. Esperemos que la presión ejercida recientemente por artistas e intelectuales dé sus frutos y la Feria sea reconocida por la UNESCO en la lista de Patrimonio Mundial en Peligro.
Nuestra última parada ya no existe. Fue demolida en 2008. Lamentablemente esta es la suerte que corren muchos edificios abandonados cuya singularidad y valor arquitectónico no es suficiente para salvarlos de la excavadora. Esta pretendida ciudad del futuro comenzó a construirse en 1978 como resort de vacaciones para funcionarios militares estadounidenses destacados en Taiwan. Sin embargo, solo dos años después, el proyecto se abandonó por su escasa viabilidad económica. Aún así, su particular estética lo ha inmortalizado en películas, documentales y videoclips. Algo de los ovnis queda para la posteridad.
Fotos: Yomadic, Elmarplatense, Anthony Saroufim, Watson Bild.