¿Todavía crees que la tecnología es un derroche de recursos y consumismo? ¿Te parece imposible que la arquitectura más tecnológica sea la más respetuosa con el medio ambiente? En este pequeño repaso de tendencias, vamos a demostrarte que la tecnología puede hacer tu casa más eco friendly mientras tú ahorras dinero y vives más cómodo.
Los nuevos materiales aislantes más eficaces y resistentes posibilitan una total integración de la vegetación en el conjunto del edificio. Por eso triunfan los jardines verticales y las cubiertas vegetales. Estéticamente los beneficios saltan a la vista: las construcciones se convierten en elementos vivos, que cambian con las estaciones y se integran en el entorno. Pero aún hay más; la masa vegetal actúa como aislante térmico y acústico, potenciando las cualidades de los materiales artificiales y renovándose constantemente. Además, no te olvides de que las cubiertas verdes pueden transformarse en huertos urbanos, lo que no solo te da de comer; también crea espacios de encuentro y disfrute comunitario.
La madera, además de bonita, es el material perfecto. Es un aislante fantástico y un material con características constructivas difíciles de igualar. De hecho, los bloques de pisos de madera ya son una realidad en Cataluña y País Vasco. Estos proyectos, que importan técnicas aplicadas en los países nórdicos, aseguran un ahorro en energía de hasta el 75%, mientras que el 90% de sus materiales pueden reciclarse. Además, por cada metro cúbico de madera, se absorbe una tonelada de CO2. Justo lo que genera producir la misma cantidad de hormigón o acero.
Si algo hay en España, es sol. Vamos a aprovecharlo. La investigación en materia de energía solar, además de haber aumentado su eficacia, también ha aumentado su durabilidad. Ahora las placas solares producen más electricidad durante más años. Los acumuladores son más eficientes y el autoabastecimiento, una realidad. Pero, si producir energía limpia es sostenible, más aún lo es no consumirla. En este sentido, la orientación y el aislamiento de nuestra casa puede llegar a ahorrarnos hasta un 80% en el consumo de energía.
Las aplicaciones de la domótica son cada vez mayores, lo que nos permite emplearla en sostenibilidad y confort al mismo tiempo. Mientras nosotros estamos fuera, podemos programar o manejar de forma remota multitud de funciones. Bajar persianas y toldos cuando el sol de verano incida sobre una u otra habitación, subirlos en invierno, poner el aire acondicionado o la calefacción con antelación para evitar los picos de consumo… Un sinfín de posibilidades cuya eficacia se incrementa si la combinamos con sistemas de climatización como la Aerotermia, que extrae hasta el 75% de la energía de la temperatura del aire y también nos proporciona agua caliente.
Como vemos, en la mayoría de los ejemplos, la tecnología es sostenible porque aprovecha las condiciones naturales para crear energía y generar espacios confortables. Nosotros apostamos por esta manera de pensar, porque, como bien señala nuestro socio Ignacio Ocejo, es una concepción de la arquitectura que ya existía en la Grecia clásica. Una respuesta a las necesidades medioambientales cuya aplicación ya advirtió Le Corbusier en 1933. La sostenibilidad y la tecnología van de la mano. Su relación es fundamental y exponencial: cuanto más avanzada sea la tecnología, mucho más sostenible será la arquitectura.