Si ya has tenido tu dosis navideña de familia y amigos, ahora te proponemos algunas de las mejores cabañas para desaparecer y olvidarte del mundo. Cuatro ejemplos de arquitectura vanguardista que te harán repensarte la vida en sociedad. Quédate con nosotros y disfruta de la paz y la tranquilidad de estos refugios en los que naturaleza y diseño se funden en perfecta armonía.
Imagínate mirar por la ventana y ver cómo el sol se divide en cientos de haces a través de las hojas de los árboles; o ver el mar frente a ti, cambiando de color a lo largo del día. Tampoco estaría mal unir las dos cosas y sentarte junto a la chimenea mientras contemplas un lago rodeado de vegetación. Un café o un té bien caliente, música suave, buena compañía, o un buen libro. Eso lo dejamos a tu gusto.
Empezamos por orden cronológico y nos vamos hasta Cape Cod para disfrutar de una joya del Mid Century Modern, esa reinterpretación del diseño escandinavo que nació con las Case study houses y triunfó en la América de los 60. Precisamente en esa década, Jack Hall diseñó esta impresionante casa en mitad de un maravilloso enclave natural.
Y lo mejor de todo es que no está sola. En esta paradisíaca península, podemos encontrar cerca de 100 casas de vacaciones diseñadas por algunos de los arquitectos más importantes del movimiento moderno, como Marcel Breuer, o Walter Gropius. No obstante, la que fue propiedad del editor y periodista Robert Hatch es una de las mejor conservadas, gracias a una buena conservación y a una restauración fiel al proyecto original.
Antón García Abril y su estudio Ensamble han tomado de inspiración Le Cabanon de Vacances de Le Corbusier para crear este refugio de 25 metros cuadrados en la Costa da Morte. Sentimos no poder ser más concretos, pero la localización exacta es un misterio. ¿Y eso es posible hoy en día? En este caso sí. No te molestes en buscar en Google Earth. Una de las premisas fue que La Trufa pasase completamente inadvertida.
El edificio se levantó apilando balas de paja y cubriéndolas de hormigón y tierra. Después, fue una ternera quien asumió la dirección de obra. Tal y como contó García Abril a El País: “La ternera Paulina (autóctona de la zona) se alimentó durante un año de la paja que el peso iba comprimiendo. Cuando devoró el volumen interior, apareció por primera vez la condición arquitectónica de La Trufa”.
Spinn Arkitekter firma esta cabaña prefabricada de 15 metros cuadrados con estructura de panal de abeja que ha sido instalada en la montaña noruega de Storfjellet. Varden es el nombre del proyecto, diseñado junto al estudio de ingeniería Format Engineers para soportar las durísimas condiciones del Ártico, azotado por los gélidos vientos polares.
Aunque inicialmente ha sido diseñada para la Asociación Noruega de Trekking, según los arquitectos, el éxito de Varden ha logrado incrementar el tráfico de senderistas hasta Storfjellet. Tanto, que ya se ha planeado la instalación de una cabaña gemela en Tyven, una montaña en el otro lado de Hammerfest.
Gidus Hopmans y Sasja Wiegersma firman esta pequeña cabaña de apenas 15 metros cuadrados. Un tamaño más que suficiente para hacer un despliegue de diseño y habitabilidad. El entorno natural del bosque de Robbernood es el telón de fondo de unos interiores cálidos y cuidados, pensados para acoger a dos personas.
La cabaña se construye a través de paneles prefabricados de fácil ensamblaje que generan una estructura recta y sencilla en el exterior, pero llena de curvas por dentro. Un contraste que contribuye a hacer más acogedor el interior sin perjuicio de la funcionalidad y la visibilidad del conjunto. Chimenea, una pequeña cocina, una gran cama y un porche con vistas al bosque. ¿Algo negativo? Depende. Las duchas son compartidas…
Fotos: The Modern House, Roland Halbe, Ensamble Estudio, Pinterest, Dezeen, Airbnb.