Hoy venimos a demostraros que hay casas con escalera y casas que son una escalera. Las primeras son muchas. De hecho, casi todas. Las segundas son menos y, precisamente por ello, son más interesantes. Quedaos con nosotros, mirad bien donde pisáis, y acompañadnos arriba y abajo por algunas de las casas escalonadas más interesantes de la arquitectura contemporánea.
La escalera es uno de los elementos arquitectónicos por excelencia. Si nos ponemos prácticos, diremos que es la forma más inteligente y operativa para salvar un desnivel en el menor recorrido posible. Ahora, si nos ponemos románticos, habrá que decir que es quizás la mejor oportunidad para crear una escultura útil. Al fin y al cabo, una simple escalera de hormigón, o incluso una de ladrillo y viguetas, desprovista de su barandilla, recién construida y sin revestir, es una pieza con un enorme potencial estético. La sucesión de escalones tiene un ritmo, un tempo particular, y su recorrido, tan solo adosado a la pared, es casi ingrávido. De ahí que, si el arquitecto tiene la intención y el talento, una escalera puede ser una obra de arte indiscutible.
Pero, ¿y si convertimos toda una casa en una escalera? A lo mejor es llevarse las cosas al extremo. ¿Nos pasaremos todo el día subiendo y bajando? Es de suponer que sí. ¿Será eso un problema? Pues, a ver, seguramente al principio, por la noche, será mejor encender la luz o tirar de linterna, más que nada para no recorrerse la casa como la bola de Indiana Jones en busca del arca perdida. Ahora, estamos seguros de que, con el tiempo, no sabremos vivir de otra manera.
El modo en que se conectan los espacios, el juego de alturas, la oportunidad de garantizar la privacidad sin necesidad de tabiques y la posibilidad de orientar todas las estancias a las vistas que más nos interesan son solo algunas de las ventajas de este concepto. Seguro que después de ver las siguientes casas, se os ocurren muchas más.
Empezamos con uno de nuestros arquitectos fetiche. Y es que Fisac siempre fue de una modernidad extrema, también en su casa de vacaciones. Más allá de las consideraciones en torno a su ubicación, sobre todo en cuanto al impacto paisajístico, es innegable que la casa de veraneo del genial arquitecto manchego es de un calidad escultórica espectacular.
La pureza de los volúmenes y la forma en que aparecen posados sobre la ladera se dinamiza con una escalera en zigzag que conecta y acompaña el ascenso de los módulos, los cuales van disminuyendo de tamaño desde el primero, en la base, hasta el cuarto, el último peldaño. Uno se apoya en el otro y los dos últimos se despegan de la rasante sobre muros de piedra. En cuanto a la distribución, en el primer nivel, encontramos una terraza, un cuarto de estar, un comedor y una cocina y en los otros tres, un dormitorio y un aseo. Una propuesta que permite tener vistas del mar en todos los espacios y que busca la privacidad absoluta de cada módulo, máxime si tenemos en cuenta que la escalera que los une discurre a cielo abierto.
Si os sentís tentados de ir a verla, mejor dejadlo estar y quedaos con el recuerdo de las fotos con las que acompañamos el artículo. Tras una ampliación y remodelación, los nuevos propietarios han desfigurado por completo el proyecto original. Nada nuevo bajo el cielo, así que, mejor, os dejamos con algunos recuerdos de Fisac y su mujer sobre su casa de la playa.
Dijo Fisac: “Era el solar más barato que vendían. ¡Hombre! es que me encontré con un terreno que era de piedra limpia y lisa y que hacía esos escalones… Y dije: Pues pongo una habitación en cada escalón. Y puse una habitación en cada escalón y una escalera que unía esas habitaciones y en la más baja nuestro dormitorio. El de abajo era un dormitorio y un cuarto de baño, pero era un dormitorio desde el que se veía el mar. Era divertido. Recuerdo que lo vendimos por nada. Había que salir por fuera porque la escalera estaba al aire libre. Le han puesto un mote en el pueblo…” En este momento irrumpe Ana María, su esposa, y hace su aportación particular: “¡Lo llamaban los cajones de Fisac! Pero al final le han puesto una “o” en vez de la “a”.
Situada en una ladera con 25 grados de inclinación frente al océano Pacífico, en esta casa ubicada en Zapallar (Chile), la pendiente determina el proyecto. Con esa premisa, se planteó el rasgo más característico de la vivienda, su cubierta de hormigón inclinada, que se sitúa paralela al terreno.
El resultado es una zona habitable sobre la cubierta, para disfrutar de la impresionante panorámica marítima, y un gran espacio diagonal bajo ella, donde, de forma continua, se suceden los 11 niveles y las 7 escaleras que modelan las estancias más públicas de la vivienda.
Para encontrar los espacios privados, tenemos que buscar los cuatro volúmenes revestidos en madera que juegan con el límite de la cubierta, dispuestos junto, debajo y sobre ella, algunos entrando y saliendo como si estuviesen enterrados en el forjado y uniendo las zonas públicas con el acceso a la terraza superior. Un proyecto extraordinario en una localización que bien merece subir unos cuantos escalones.
En este caso, viajamos hasta la ciudad de Meilen, en Suiza, donde, como en el resto del país, el precio del suelo -y de casi todo- es prohibitivo. Por ello, el estudio E2A, utiliza un diseño escalonado para crear tres viviendas que ofrecen una habitabilidad similar a una unifamiliar, todo ello sacando el máximo partido a la edificabilidad y aprovechando la orografía en favor del proyecto.
Los seis volúmenes se entierran parcialmente, emergiendo de la tierra con una sola cara acristalada por completo. El resto adquiere la apariencia de una caja de hormigón impenetrable, mientras que los espacios interiores se inundan de luz y se abren al horizonte y al lago Zúrich, además de contar con una amplia terraza a salvo de miradas indiscretas.
Cada vivienda está distribuida en dos niveles, en los que, al entrar por el superior, la división entre zonas públicas y privadas se soluciona de manera opuesta a la convencional, es decir, en el superior el salón comedor y la cocina y en el inferior los dormitorios y los baños. Un diseño rotundo, cuya frialdad exterior contrasta con los cálidos y acogedores espacios interiores.
Terminamos la selección volviendo a casa, más concretamente a Casavells, en Girona. Allí, 05AM Arquitectura plantea una vivienda con una austera fachada de piedra que llama la atención por su estrechez. ¿El resultado? Una sorpresa mayúscula cuando cruzamos el umbral y nos encontramos con un espacio aparentemente continuo, diáfano y resuelto en distintos niveles que buscan relacionarse y dialogar entre sí. Todos con un objetivo en común: disfrutar de una orientación perfecta que, además, proporciona una luminosidad óptima y permite disfrutar del paisaje desde cualquier punto de la casa.
En este proyecto, la disposición escalonada ha permitido que una parcela alargada entre medianeras no dé lugar a un interior oscuro, donde los espacios se solapan y se obstaculizan los unos a los otros. Al contrario, la luz del sol llega hasta la fachada norte, mientras que los volúmenes que componen en el edificio aparecen como estratos del terreno en la cara sur.
En el interior, bañado por la luz, los espacios se escalonan y los techos se abren para permitir también la iluminación cenital de la planta inferior. Cada nivel se diferencia del resto sin aislarse y la casa se recorre de manera natural, desde el garaje, también incluido en la visión general de los espacios, hasta la última planta, siempre con el horizonte como telón de fondo.
FOTOS: Fundación Miguel Fisac, Vaumn, Pinterest, Tectonica, Jaw Dropping Interiors, E2A, Roland Halbe, José Hevia