Menudo lujo poder contar con un jardín o terraza en casa, ¿verdad? Pero no bajes la guardia, porque las cosas hay que hacerlas bien y no siempre es fácil saber qué suelo es mejor para un espacio al aire libre. A continuación, te damos una serie de consejos para acertar y disfrutar al máximo de tu refugio a cielo abierto.
Cada vez mimamos más nuestras terrazas, dado que, tras el confinamiento muchos se han percatado de su valor real y las han incluído en el día a día de sus viviendas. A la hora de encontrar un suelo adecuado, la oferta es muy amplia. De hecho, podemos escoger entre barro, mármol, madera, piedra, composite, gres e incluso cemento. Sin duda, decidir no es un asunto fácil. Vamos a verlo en detalle.
Fueron de los primeros en hacer acto de presencia en las terrazas de numerosas casas de campo, caserones y masías. Destacan por su apariencia artesanal y rústica. Además, estos suelos apenas precisan de cuidados y permanecen en perfecto estado sin acusar apenas el paso del tiempo.
También se recurre al mármol para espacios ubicados en el exterior como la terraza, un porche o una pérgola. Suelen realizarse con acabado antideslizante y otorgan un aspecto sofisticado y elegante a cualquier terraza. Además, este material ofrece una gran resistencia a la humedad y a las altas temperaturas, aunque requiere un adecuado mantenimiento para mantener su estética.
Es la opción perfecta para las inmediaciones de una piscina, dado que impide los resbalones. Asimismo, es muy empleado por la calidez que desprende y su belleza. No obstante, necesita constantes cuidados para resistir las inclemencias del tiempo como el sol o la lluvia. De esta manera, lo habitual es someterlas a un tratamiento con con un barniz protector cada dos años e incluso antes si se advirtiera un prematuro desgaste.
Están fabricados con material reciclado. En concreto, una mezcla de fibras de madera y resinas plásticas y podemos encontrarlos en forma de baldosas, lo que facilita su instalación.
Además, se trata de un suelo antideslizante, resistente a la humedad y a sustancias como el cloro. Requieren poco mantenimiento y con una limpieza consistente en agua y jabón neutro lo tendrás listo y en perfectas condiciones. Su principal inconveniente es que su vida útil no resulta demasiado larga, de modo que, si alguna pieza se estropea, difícilmente podrás restaurarla y no te quedará más opción que reemplazarla por una nueva.
Existen infinidad de modelos, incluso algunas de estas baldosas son capaces de imitar la apariencia de la madera.
Una opción resistente, de sencillo mantenimiento y que cada vez convence más por su estética moderna. Destaca por su resistencia y su precio económico, así como por su ausencia de mantenimiento. Como contrapartida, puede resultar resbaladizo y conviene extremar las precauciones cuando llueva o haya humedecido por cualquier otra circunstancia.
Para muchos es el tipo de suelo o solado más recomendado, aunque su precio suele ser elevado, precisamente por sus excelentes cualidades. Hablamos de un material resistente, que lo convierte en el más adecuado para las zonas más frías. La explicación la encontramos en la función antihielo, que impide que el esmalte se deteriore y vaya saltando conforme pasan los años.
A esto se suma su fácil mantenimiento y durabilidad, lo que nos permitirá disfrutarlo en condiciones óptimas durante mucho tiempo. Por ello, en nuestras promociones es uno de los solados más empleados, ya que garantiza la estética y usabilidad de nuestros jardines y terrazas.
Te contamos más acerca de las ventajas que nos ofrecen estos suelos:
En cualquier caso, te proponemos una serie de consejos que te ayudarán a tomar la mejor decisión en el caso de que no tengas clara esta cuestión y tengas vía libre para decidir::
Has de tener en cuenta que, al tratarse del suelo de una terraza, su superficie ha de estar perfectamente impermeabilizada. De lo contrario, el agua se filtrará y ocasionará goteras e, incluso, a largo plazo, se podría apreciar un abombamiento en el suelo.