Aunque los radiadores son la opción más común en la mayoría de hogares, hace décadas que comenzó a ganar presencia en las viviendas españolas el suelo radiante. Este sistema goza de gran popularidad en los países nórdicos, pero ¿tiene sentido en un país mediterráneo como el nuestro? Vamos a verlo.
Antes que nada, vamos a conocer un poco mejor qué es el suelo radiante: básicamente consiste en un sistema de tuberías que se coloca bajo el suelo y por cuyo interior circula el agua caliente. De esta manera, la casa se mantiene a una temperatura constante y aprovecha la inercia térmica, pues el suelo se calienta y, con él, también lo hace el aire de la vivienda.
Una vez que ya ha quedado claro el concepto y sabemos cómo funciona, podemos adentrarnos en sus principales ventajas:
A lo anterior se suma que el suelo radiante, aunque en sus inicios se concibió como calefacción, desde los años 90 también sirve para refrescar el ambiente cuando llega el verano. Gracias a ello, ha aumentado su versatilidad y su utilidad para hacer frente a las necesidades que nos plantea cada época del año.
Como siempre, no todo son ventajas. A continuación, os contamos sus principales inconvenientes para que puedas tomar la mejor decisión posible:
Aún así, parece claro que las ventajas superan con creces a los inconvenientes. ¿Qué te parece? ¿Te resulta una opción interesante?