Del 28 de septiembre al 7 de Octubre, Madrid celebra la XV semana de la arquitectura. De la mano del COAM y con Milán como ciudad invitada, esta es la ocasión perfecta para ponernos al día de las últimas tendencias, mientras redescubrimos algunos de los rincones más fascinantes de la capital. Edificios, barrios y jardines que merecen una visita en profundidad. ¿Quieres dar un paseo con nosotros?
En este post vamos a centrarnos en una selección de los edificios propuestos por el COAM en sus visitas, pero no queremos dejar de recomendarte algunos de los actos, exposiciones y conferencias que vertebrarán esta XV Semana de la Arquitectura. Nuestros must son, el día 28, la inauguración de la exposición sobre el centenario de Sáenz de Oiza y la conferencia Cities. What next?; el día 3 de Octubre, la mesa redonda sobre vivienda; y, el día 4, la conferencia: La transformación de un barrio: Numancia – EMVS. Nosotros no nos lo vamos a perder.
Aún así, esta es solo una pequeña muestra de una increíble lista de actividades. Si quieres ampliar la información, te invitamos a visitar la página web que el COAM ha abierto ex profeso para la gran fiesta de la arquitectura madrileña. Allí también encontrarás todos los detalles acerca de los itinerarios y las visitas a edificios, entre los que destacamos El Campus Repsol y el Edificio BMW, ambos diseñados por Rafael de La-Hoz, arquitecto de nuestros residenciales The Edge, La Finca y Tribeka.
Ahora os dejamos con algunos de nuestros edificios preferidos:
Aunque no sea su denominación más conocida, es la original. El edificio de Schweppes, o el edificio Capitol, fue construido por Enrique Carrión con la intención de convertirlo en un hito arquitectónico de la ciudad. Para conseguirlo, convocó un concurso al que se presentaron algunos de los nombres más ilustres de la profesión, como Pedro Muguruza y Luis Gutiérrez-Soto. Y, pesar de quedar desierto, al promotor debió de gustarle la propuesta de Gutiérrez-Soto, ya que el proyecto final, a cargo de Martínez-Feduchi y Eced y Eced, es prácticamente idéntico. En cualquier caso, si dejamos de lado los plagios y los concursos, lo cierto es que este edificio, a medio camino entre el racionalismo y el art decó, es uno de los símbolos más reconocibles de Madrid. Tras su rehabilitación a cargo de Rafael de La-Hoz, este icono ha recuperado su innegable carisma y en 2018 ha sido declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de “monumento”.
Seguimos caminando un poquito por la Gran Vía y, enseguida, distinguimos la imponente silueta de la Torre de Madrid, ya en Plaza España. Sus 142 metros de altura fueron, junto a los 117 metros del Edificio España, el escaparate internacional de la dictadura durante los años 50 y 60. Ambos edificios fueron diseñados por los hermanos Otamendi, quienes, sin embargo, afrontaron la construcción del segundo dejando de lado los tintes regionalistas y neoherrerianos del primero. El resultado no puedo ser mejor: una estilizada y sobria torre que, en su momento fue el edificio de hormigón más alto del mundo y el más alto de Europa hasta siete años después de su finalización. Desde 2012 se encuentra rehabilitado y su estructura acoge un hotel en las nueve primeras plantas, así como viviendas desde la décima hasta la última en el piso 32.
Jesús Huarte era uno de los constructores más importantes en la España de los 60. Tras comprar un solar en Puerta de Hierro, decidió encargar el diseño de su vivienda a dos arquitectos que habían revolucionado un panorama arquitectónico obsoleto y aislado. Los elegidos fueron José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Molezún, que seguramente os suenen de este otro post. En aquella ocasión ya os contamos el vergonzoso estado de su Pabellón de los Hexágonos, prácticamente en ruina entre la maleza de la Casa de Campo. En el caso de la Casa Huarte, su propuesta fue igualmente notable; una vivienda discreta, de gran calidad y volcada en sí misma. Distribuida en torno a tres patios interiores, rodeada de vegetación y con grandes cristaleras. En su interior, estancias diáfanas a distintas alturas y amplios espacios modulables mediante grandes puertas correderas. Un fantástico ejemplo de arquitectura moderna unifamiliar que permanece desocupado.
Este complejo diseñado por Herzog & De Meuron es la avanzadilla de Madrid en su crecimiento hacia el norte. Mucho antes de la aprobación del plan urbanístico Madrid Nuevo Norte, la ciudad ya se había extendido en su eje castellana – A-1. Los barrios de San Chinarro y Las Tablas comenzaron a llenarse de oficinas y viviendas a principios de los dos mil. Su planificada urbanización y su acceso privilegiado a las principales redes viarias de la capital hicieron que el BBVA decidiera situar allí su edificio más emblemático. Y lo hizo con un proyecto a la altura de sus aspiraciones: ocho volúmenes de tres alturas, cada uno con el nombre de un continente, separados por calles bautizadas como los océanos que confluyen en una plaza central donde se alza “La Vela”, una torre de 93 metros de altura. Su perfil ya se ha convertido en una referencia visual de la entrada norte de la ciudad.