La arquitectura industrial es pura función. Construcciones austeras sin muchas concesiones estéticas diseñadas al servicio de un fin concreto. Eso sobre el papel, porque, una vez desprovistas de su función, todas esas fábricas, almacenes, o instalaciones agrícolas se convierten la base perfecta para construir casas únicas. Hoy te traemos algunas de nuestras preferidas.
Ricardo Bofill ya lo vio claro cuando decidió que una gigantesca fabrica de cemento en ruinas iba a ser su estudio y su hogar. Una obra interminable de la que ya te hemos hablado aquí y aquí. Y de la que nunca tenemos suficiente, ya que estamos ante una de las viviendas más espectaculares del mundo. Y, si hablamos de reconvertir un edificio industrial para darle un uso residencial, entonces La Fabrica es un caso único: el mejor, el más impresionante y una fuente de inspiración para todos aquellos que contemplan una vieja factoría y ven la casa en la que quieren vivir.
Esta semana, te invitamos a descubrir una selección de los mejores proyectos:
Definitivamente Venecia no es la ciudad perfecta para construir, pero, no solo por l´acqua alta, sino también porque apenas hay lugares libres. De ahí que la propuesta de Studio Macola para convertir una vieja fábrica en un increíble complejo de apartamentos sea una gran idea. Al fin y al cabo, el proyecto lo tiene todo: diseño, carácter, historia… Todo a través de una arquitectura que respeta sus orígenes y potencia sus fortalezas para generar una serie de espacios imposibles de ver en la arquitectura residencial convencional.
Andrew Simpson ha transformado un viejo almacén en Melbourne en una impresionante casa de espacios abiertos en los que la luz es la gran protagonista. Una luz que alcanza cada rincón de la planta superior gracias a los lucernarios que recorren del techo de un extremo a otro. Además, las paredes de ladrillo contrastan con los paneles de madera que ocultan parte de la instalación eléctrica. Su disposición en zigzag desvela y oculta alternativamente las vigas originales del edificio. Un compromiso perfecto entre renovación y preservación.
Una vieja bodega de vino en estado de ruina fue el punto de partida de Cubus Arquitectura para crear una casa en mitad de la naturaleza. En ella, todo el protagonismo se lo llevan las paredes de piedra, un elemento que define la estética del edificio y que aporta una plasticidad y una textura imposibles de conseguir con cualquier otro material. Por otro lado, a pesar de su perfil de líneas racionalistas, el edificio respeta los volúmenes originales de la bodega, tan solo modificados mediante la gran abertura en esquina que conecta el salón con el maravilloso entorno de la Ribeira Sacra.
Un almacén rectangular de hormigón no parece un gran motivo de inspiración para diseñar la casa de nuestros sueños. Sin embargo, Studio Gaon partió de esta anodina construcción rural y la transformó en un edificio moderno cuyo interior destaca por la pureza de líneas y la sencillez de los materiales. Un proyecto ingenioso, con un presupuesto muy limitado y que, sin embargo, muestra una riqueza de detalles que evidencian la calidad y dedicación de los arquitectos.
Fotos:
Artículo: Dezeen / Cover story Instagram: Gregory Civera y Lluís Carbonell.