Almacenaje en casa: ¿armarios empotrados o exentos?

Armarios empotrados, optimización del espacio

Un armario empotrado se caracteriza por estar integrado en la estructura de la pared, generalmente encajado entre dos paredes o entre una pared y un tabique. Se construye como parte integral de la estructura de la habitación, lo que permite aprovechar al máximo el espacio disponible. Se construyen a medida para adaptarse a las dimensiones de la habitación y el mueble se mimetiza con el entorno, volviéndose parte de él. 

Los armarios empotrados permiten crear un espacio de almacenaje único y personal para cada estancia. De esta manera aprovecharemos mejor el espacio siempre adaptado a las dimensiones que tenemos y el tipo de habitación. 

Pueden acomodarse en cualquier zona en la que haya un hueco libre, espacio entre columnas, debajo de una escalera o en la buhardilla. Vamos a conocer los beneficios y características de este tipo de mueble. 

Espacio 100% utilizable  

Su integración en la pared permite aprovechar más y mejor el espacio, en anchura, altura y profundidad, consiguiendo una gran capacidad de almacenamiento, independientemente de cuál sea su uso: ropa, zapatos, menaje, productos de limpieza o incluso la lavadora y la secadora si sirven para ocultar la zona de lavadero. La parte superior se puede destinar a objetos que utilizamos ocasionalmente o aprovechar para guardar ropa o zapatos de otras temporadas y dejar la parte más accesible para el uso diario. 

Estética personal y única

Al estar integrados en la pared, los armarios empotrados forman parte de la decoración de la estancia de un modo orgánico. Al estar encajados en la pared, se integran con el diseño general de la habitación, creando una apariencia más ordenada y elegante. Sus puertas suelen ser similares a la carpintería del resto de la casa, sobre todo si están ubicados en el dormitorio, o pueden ser del mismo color que las paredes. No obstante, pueden personalizarse a nuestro gusto con diferentes acabados y detalles que van desde la madera natural al lacado en un color determinado o el vinilado con algún motivo concreto. Otra opción frecuente es el acabado en espejo para darle una doble función y ampliar ópticamente la habitación. Y es posible también optar por un acabado en cristal semiopaco que le da un toque elegante y moderno a la habitación. La estética final de nuestro ropero será una decisión personal que aúne gustos, necesidades e integración en el estilo decorativo. 

Organización al gusto

Es posible elegir la distribución interna del armario, el número de compartimentos, los estantes, las barras para colgar la ropa, los cajones, etc. Esto permite maximizar la organización y adaptar el armario a las necesidades de almacenamiento específicas. Su mayor ventaja es que podemos diseñar su interior según nuestras necesidades de espacio. 

Armarios exentos, libertad de movimiento

Los armarios exentos están prefabricados, precisan un sencillo montaje y los podemos comprar también a medida. Os mostramos algunas de sus características y ventajas. 

Absoluta movilidad 

Los armarios exentos son más flexibles en términos de ubicación y movimiento. Pueden ser reubicados o cambiados de habitación fácilmente, lo que brinda más libertad en la distribución del espacio. Ofrecen una mayor flexibilidad ante el cambio de domicilio pues, al no estar integrados en la vivienda se pueden desmontar y transportar de forma sencilla y rápida.

Armonizar estancias

Al no estar integrados en la construcción, los armarios exentos son idóneos para combinar con otras piezas de almacenamiento. Instalar un juego de muebles que cuente con ropero, cajonera y perchero aporta a la estancia armonía y orden. De esta forma se optimiza el espacio destinado al almacenaje ofreciendo equilibrio visual y confort. 

Adaptación al espacio

El interior del mueble tiene un diseño establecido que en muchos casos ofrece varias opciones entre las que elegir. En base a esta distribución interior almacenaremos nuestra ropa y objetos. Lograremos de esta forma poner orden en la habitación de forma sencilla y práctica.  

Versatilidad decorativa

Los armarios exentos ofrecen una amplia variedad de diseños, estilos y acabados. Puedes elegir entre diferentes materiales, colores y formas para que se adapten al estilo decorativo de la habitación. Añaden mucha personalidad a las estancias y pueden ser los protagonistas del espacio.

Tipos de puertas de armarios

Tanto si hablamos de armarios empotrados o exentos, del material en que estén fabricadas o de su acabado, existen distintas opciones de puertas, según su apertura. 

Puertas abatibles: se abren hacia afuera mediante bisagras en uno o ambos lados del armario. Son simples, clásicas y pueden estar hechas de diferentes materiales, como madera, vidrio o incluso espejos.

Puertas correderas: se deslizan horizontalmente a lo largo de un riel. Son ideales para habitaciones con espacio limitado, ya que no requieren espacio adicional para abrirse. Pueden ser de un solo panel o tener múltiples paneles, y también pueden estar hechas de diferentes materiales.

Puertas plegables: se pliegan hacia un lado cuando se abren. Son una opción popular para armarios grandes, ya que permiten acceder fácilmente a todo el contenido del armario cuando están completamente abiertas. Pueden estar hechas de madera, vinilo u otros materiales flexibles.

Puertas de tambor: se enrollan hacia arriba en un tambor ubicado en la parte superior del armario. Son similares a las persianas enrollables y son una opción elegante y moderna, ideales para armarios estrechos donde las puertas abatibles no serían prácticas.

Puertas sin tiradores: tienen un diseño minimalista sin tiradores visibles. Suelen tener un mecanismo de apertura integrado, como un sistema de presión o un sistema push-to-open, que permite abrir y cerrar las puertas. 

Sin puertas: al más puro estilo vestidor. ¿Ventajas? Todo es más visible y accesible. ¿Desventajas? Imprescindible que esté siempre perfectamente ordenado y, ¡ojo con el temido polvo que puede ensuciar tus cosas

La mejor opción

Cuando hablamos de armarios no solo nos referimos a los destinados a los dormitorios, pues existen armarios en el resto del hogar -hall, pasillos, salones, cocinas, baños o trasteros-. Su fin es mantener el orden de las estancias y almacenar enseres permitiendo una fácil accesibilidad cuando sea necesario.

La elección dependerá de las necesidades y posibilidades de cada hogar, pero una cosa está clara: no podemos vivir sin armarios. Son unos aliados del orden, imprescindibles.