La preocupación por el cuidado del planeta ha llegado a todos los hogares. En consecuencia, términos como “sostenibilidad” o “impacto ambiental” forman ya parte de nuestro vocabulario. El ‘Día Mundial del Clima’ se creó con el fin de concienciar a la población de la influencia del clima y el impacto del cambio climático en sus vidas. Pero ¿cómo podemos contribuir al cuidado medioambiental en el día a día? Pues mediante prácticas sencillas, como el ahorro de agua, la ventilación cruzada o la iluminación LED. Con estos pequeños gestos, podemos hacer de nuestro hogar un espacio más sostenible.
Cuando pensamos en materiales sostenibles, el primero en que pensamos es la madera, pero existen algunos más que nos ayudan a cuidar nuestro entorno. Paredes, suelos, muebles e incluso pinturas sostenibles que podemos utilizar en nuestra casa.
Para paredes y suelos existen varios materiales con los que construir un hogar sostenible. Hay azulejos que se producen aplicando sistemas de ciclo cerrado que recuperan y reaprovechan la energía, el agua, las materias primas y los materiales de desecho. También, las alfombras de caucho y material reciclado, como pantalones vaqueros, son también opciones ideales.
Para revestir nuestras paredes encontramos papel reciclado y elaborado con tintas naturales con base de cáñamo o lino y plástico reutilizado a base de aceite de soja.
Asimismo, el corcho es un material idóneo para cualquier revestimiento de interior, ya que ofrece una estética natural y disminuye la contaminación acústica. Por último, no podemos olvidar la madera ‘composite’, realizada a base de fibras, papel o resinas recicladas con diversidad de texturas y colores de alta resistencia, poco mantenimiento y baja absorción de agua.
Elegir la pintura de nuestro hogar no solo debe centrarse en la elección de la textura o el color. Debemos tener en cuenta el respeto al medioambiente si queremos un hogar más sostenible.
En el mercado existen pinturas naturales, barnices y esmaltes ecológicos, válidos para todo tipo de superficies, interiores y exteriores que, además, no son tóxicas ni contienen hidrocarburos en estado gaseoso. Su composición de agua, yeso, cal, arcillas y grasas naturales las hacen más saludables sin malos olores ni posibilidad de intoxicación. La famosa chalk paint de Annie Sloan siempre es una buena opción.
Un mueble es sostenible cuando se realiza con materiales respetuosos para el medio ambiente y el proceso de fabricación cumple la normativa actual favoreciendo la economía circular.
La madera debe proceder de bosques gestionados de forma responsable para evitar la desforestación. La de pino, roble, haya o hevea, del cual procede el caucho, son elecciones idóneas para el cuidado del medioambiente.
De igual modo, las fibras de origen vegetal de sembrados ecológicos prescinden en su elaboración de químicos. Hablamos de materiales como mimbre, ratán, bambú, algodón o lino. Y las de origen animal, como lana o seda, mejor si proceden de granjas ecológicas.
El ideal de las ciudades del futuro pasaría por una construcción residencial a base de casas pasivas, pues la implantación de este tipo de viviendas contribuiría a lograr algunos de los objetivos de la agenda 2030. Sin embargo, hasta que semejante cambio de paradigma sea realidad, podemos llevar a cabo pequeños gestos para conseguir un hogar más sostenible.
El ahorro de agua es imprescindible para el cuidado del planeta, puesto que no solo reducimos la energía destinada a tratarla, sino también el uso de combustible y la consiguiente contaminación.
Los perlizadores para grifos y duchas y el doble botón de los sanitarios son idóneos para disminuir el consumo de agua diario.
Además, podemos instalar un sistema de reciclado de aguas grises, en el que se almacena, depura y filtra el agua de lavado, para rellenar el inodoro reduciendo hasta un 30% el consumo.
Cambiar nuestras bombillas por iluminación sostenible ayuda al ahorro económico y energético, ofrece calidad y reduce el impacto medioambiental. Existen dos opciones en el mercado entre las que podemos elegir:
Para mantener un buen control de la temperatura en el interior del hogar lo más recomendable son los aislantes térmicos, con los que evitaremos fugas de frío o calor.
Conseguir el clima adecuado dentro de nuestra casa es posible gracias a los sistemas de calefacción y aire acondicionado. Para un mayor confort y ahorro de la energía, es recomendable instalar sistemas eficientes como la aerotermia con la que podremos climatizar todo el hogar, en cualquier época del año y de una forma mucho más eficiente.
La ventilación es necesaria para reducir la humedad, evitar que se instale el moho y los ácaros y prevenir así enfermedades respiratorias y desperfectos en paredes y techos.
La ventilación cruzada es posible en viviendas construidas con aberturas opuestas o adyacentes que permiten crear corrientes. Es beneficiosa para la renovación del aire y la mejora térmica en climas cálidos, pues ofrece un efecto ventilador.
Los electrodomésticos cuentan con una etiqueta energética que indica el grado de eficiencia. Los recomendables son los clasificados como A+++, A++ y A+, gracias a su menor consumo de energía y a su mayor ahorro económico.
Para hacer nuestro hogar aún más sostenible, tenemos la posibilidad de instalar placas solares térmicas. Una solución que nos da la oportunidad de autoabastecernos sin contaminar el planeta y reduciendo al mínimo la factura de la luz.
Una de las causas del impacto medioambiental es la agricultura intensiva, cuya actividad empobrece el suelo de las tierras de cultivo. Por ello es recomendable el consumo de alimentos de temporada.
Una opción ideal, si disfrutas de la jardinería, es tener un huerto o un jardín ecológico en casa. Por otro lado, los techos verdes ayudan al cuidado del medioambiente, produciendo oxígeno y absorbiendo el CO2 y son perfectos para reducir la temperatura del hogar en las épocas más cálidas.
El reciclaje de residuos y la reutilización de muebles son también acciones sencillas que podemos llevar a cabo en nuestro día a día. Lo importante es apostar, siempre que podamos, por las opciones más sostenibles: por el bien de nuestro planeta y por tanto, también por nuestro propio bien.
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