Ventajas de las piscinas saladas ¿Por qué están tan de moda?
Hace varios años que el cloro que permite que nuestras piscinas sean de agua dulce comenzó a ser relevado por agua salada. Al parecer diversas virtudes avalan el cambio: más saludable para la piel ya que no la irrita, más sostenible, debido a que se usan menos químicos y además su mantenimiento es mucho más sencillo.
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En este artículo vamos a estudiar los argumentos que sustentan el tremendo éxito de las piscinas de agua salada.
¿Cómo funcionan las piscinas de agua salada?
En primer lugar vamos a explicar cómo funcionan, ya que para muchos no está del todo claro el procedimiento que lo hace posible. Así, el sistema emplea un clorador salino con sal común (cloruro sódico) para el mantenimiento de la piscina de agua salada.
¿En qué consiste la cloración salina?
Es necesario verter sal en el agua para que el sistema de filtrado produzca cloro gaseoso gracias a un fenómeno conocido como electrólisis.
En concreto, el cloro se separa del sodio y desinfecta el agua. Luego vuelve a unirse al sodio y se convierte de nuevo en sal. Por supuesto, debemos revisar de vez en cuando los niveles de sal porque se producen pequeñas pérdidas.
En definitiva, con este sencillo método se logra que se mantenga una óptima calidad del agua sin que sea precisa la utilización de productos químicos.
Mantenimiento del agua salada
Como decíamos, de manera periódica es necesario revisar los niveles de sal en el agua. Para ello, será necesario extraer una muestra de agua de la piscina en el interior de un vaso y utilizar una tira de análisis en la muestra que podremos adquirir en cualquier tienda especializada.
¿Qué ventajas tienen las piscinas de agua salada?
Sin duda, hay muchas razones para que valoremos muy seriamente la opción de las piscinas de agua salada:
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Ahorro económico, ya que la sal es muy barata. Además, no es preciso usar grandes cantidades, mientras que el uso de productos químicos como el cloro o el antialgas es mucho más abundante y constante.
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Mantenimiento menos complejo, pues no es necesario estar supervisando todos los días el estado de la piscina para regular el cloro y el resto de componentes. Eso sí, recuerda que tendrás que controlar la presencia de sal en la piscina o el pH.
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No irrita la piel ni los ojos. Ten presente que el agua tratada con químicos como el cloro pueden causar problemas en la piel y derivar incluso en brotes de dermatitis atópica en el caso de padecer esta afección en la piel. También el asma puede ser un problema en el caso de niños con tendencia a padecer esta dificultad respiratoria. Asimismo, el pelo padece más, dado que se reseca y el olor del cloro acaba impregnando todo.
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Mejor calidad del agua que se vuelve menos agresiva.
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Es más sostenible dado que ya no requiere productos que pueden ser perjudiciales y tóxicos para el medio ambiente.
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Se puede emplear en todo tipo de piscinas.
¿Qué desventajas tienen las piscinas de agua salada?
Sin embargo, tampoco podemos pasar por alto las desventajas de esta opción. Solo así podremos averiguar realmente qué es mejor, ¿la piscina de sal o cloro? En primer lugar, el coste inicial de la instalación puede ser más elevado. Tampoco podemos olvidar que el mantenimiento de la piscina salada aunque es sencillo, requiere que nos vayamos habituando hasta estar al tanto de todos sus pormenores.
¿Qué es mejor una piscina de cloro o una piscina de agua salada?
Sin duda, las piscinas de agua salada parecen estar ganando la batalla a las de agua dulce y con razón: son más fáciles y baratas de mantener, no provocan irritaciones en la piel y mucosas, además de resultar mucho más respetuosas con el entorno dado que prescinde de los químicos que son necesarios para el cuidado de las piscinas de agua dulce.
Preguntas frecuentes
¿Qué pH tiene que tener una piscina de agua salada?
El Ph del agua salada requiere vigilancia. Ten presente que el agua de la piscina debe tener un pH situado entre 7 y 7,6. Lo ideal es que se sitúe entre 7,2 y 7,4.
¿Cuántas veces hay que echar sal a la piscina?
La sal se añade al inicio de la temporada de baño. Es importante resaltar que la sal es un ciclo cerrado. Se convierte en cloro, pero a las horas vuelve a convertirse en sal.
¿Cómo mantener una piscina de agua salada en invierno?
Lo más adecuado es que instalemos un cobertor, para evitar tanto la suciedad, como la proliferación de algas y bacterias. Antes de cubrirla, es recomendable efectuar un tratamiento de choque con cloro rápido en grano (50 gramos por m3).
¿Qué tipo de piscina es mejor para el agua salada?
La desinfección del agua con sal es adecuada para todo tipo de piscina.
¿La piscina de agua salada daña la ropa?
Todo lo contrario. Son las piscinas con cloro las que pueden acabar estropeando los textiles y los colores de nuestra ropa de baño.
¿Es difícil mantener una piscina de agua salada?
No, su mantenimiento resulta mucho más sencillo que una piscina de agua dulce que requiere mucho más gasto en productos químicos, con su aplicación regular y prácticamente diaria.
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