Teresa Sapey es uno de los nombres de oro del interiorismo nacional. Su estudio, fundado en 1990. ha adquirido una relevancia internacional, gracias a sus diseños, siempre armónicos y singulares, cuyo estilo inconfundible la ha convertido en una habitual de las publicaciones más prestigiosas del sector.
Teresa Sapey es pura energía. Su pasión por el diseño, tan italiana, trasluce en cada aspecto de su personalidad: arrolladora, muy artista, muy turinesa, pero enamorada de Madrid, donde reside y trabaja desde 1990. La reconocerás por su uso del dolor, especialmente por el blanco y el naranja, así como por su gusto por el plástico pop y sus elecciones arriesgadas, aunque también por los detalles más sobrios y por la maestría en el tratamiento de los materiales, muy a la manera de su admirado Gio Ponti.
Como arquitecta, Teresa tiene una visión muy personal de los espacios y, por ello, diseña el mobiliario en muchos de sus proyectos y en colaboración para marcas como Vondom. Su espíritu transgresor y el uso del color como herramienta de expresión hay que entenderlo como la reacción a una infancia en un entorno muy rígido en el uso de los interiores. De hecho, siempre recuerda que su abuelo y su bisabuelo fueron coleccionistas de mobiliario y que su habitación parecía una cápsula del tiempo en la que nada se podía alterar: “Todas mis amigas tenían posters -reconocía a Arquitectura y Diseño- y yo no podía colgar ni uno”.
Tras ganar el premio Architectural Digest a la interiorista del año o el “Breakthrough Designer” de Wallpaper, Teresa Sapey + Partners ha continuado creciendo hasta contar con un equipo multidisciplinar que ha trabajado para Ikea, ARCO, o Indigo Hotels, entre muchos otros. Además, con proyectos tan relevantes como la reforma del Palacio de Congresos de Madrid, o su participación en el Hotel Puerta de América y en la rehabilitación de la Estación del Norte, ambos en Madrid, su estudio se ha consolidado como un imprescindible en el panorama del diseño en la capital.
En nuestro residencial Onix, diseñado por Manuel Clavel en Torrelodones, Teresa demuestra una vez más su saber hacer, al jugar con materiales, texturas y una paleta de colores inspirada en la riqueza natural del entorno. Así, con una gama cromática delicada y neutra, las piezas principales de cada estancia destacan sin romper la armonía, definiendo cada espacio de una manera sutil y coherente, para conformar un hogar cálido y confortable. En sus propias palabras: “El proyecto plantea la integración de la naturaleza local en la vivienda a través de sus materiales y sus acabados. El resultado es una casa que difumina las fronteras entre exterior e interior y dialoga con el entorno para generar un ambiente de paz y calidad de vida".