Vivimos rodeados de tantos estímulos, que a veces pueden llevarnos a un estado de sobrecarga sensorial. Por eso, es esencial disponer de un hogar donde encontrar la paz, relajarnos y recuperar nuestra energía. Un entorno protegido en el que encontremos nuestro propio espacio privado y personal, que nos permita concentrarnos en lo realmente importante, sin distracciones ni interrupciones.
El Kinfolk está inspirado en el estilo de vida del pueblo Amish y da prioridad a la naturaleza, la simplicidad, la armonía, y la tranquilidad. Una de las máximas pretensiones del estilo kinfolk es evitar las distracciones, por lo que sus ambientes armoniosos y relajantes optan por una decoración sencilla y natural.
Se podría decir que el estilo kinfolk es la mezcla perfecta entre la decoración bohemia, escandinava y vintage. Pero, a diferencia de estas corrientes decorativas, el kinfolk es más minimalista y refinado. Con sus múltiples orígenes, esta corriente atrae a todos aquellos a los que no les gusta limitarse a un solo estilo y a quienes les gusta amueblar su hogar con objetos que tienen una historia en lugar de un precio. En un interior Kinfolk, las materias primas más naturales, se mezclan con elementos traídos de cualquier destino del mundo e, incluso, con algunas piezas exclusivas de diseño.
Pero, además de un estilo decorativo, el kinfolk es una forma de vida que busca la paz interior y pretende influir en nuestra rutina diaria a través de materiales, colores y conceptos. Gracias a sus premisas, cuatro paredes pueden convertirse en nuestro propio oasis personal de tranquilidad, con menos distracciones, menos interrupciones, menos información y menos muebles.
La sensación de neutralidad y naturalidad del Kinfolk se consigue a través los siguientes preceptos:
Con unos pequeños cambios, puedes transformar el estilo de tu hogar. Aquí te dejamos 5 ideas muy sencillas de decoración kinfolk.
Estas son algunas ideas para conseguir un hogar tranquilo, donde poder crear grandes momentos en familia alejados del estrés y el ruido de las grandes ciudades. Y tú ¿te unes a la tendencia Kinfolk?